La hidroterapia consiste en el tratamiento a través del agua aplicada de forma externa con el fin de provocar reacciones curativas en el organismo.
El efecto del agua sobre el cuerpo produce reacciones de tipo nervioso, circulatorio y térmico. El efecto fundamental de la hidroterapia es el de la desintoxicación orgánica, mediante la expulsión de toxinas.
Las aplicaciones de agua fría, se hacen sobre un cuerpo que se haya calentado previamente, y en un ambiente caldeado. Estimulan el metabolismo y la producción de calor. Y las de agua caliente se recomiendan para personas debilitadas, estos baños son relajantes y bajan la tensión arterial.
Toda sesión de hidroterapia, tiene que terminar con una aplicación general fría y luego calentar rápidamente el cuerpo por procedimientos naturales, y se conocerá que se ha conseguido la reacción precisa, cuando la piel haya recobrado su calor natural y no se tengan escalofríos o frío.
La hidroterapia es una valiosa herramienta para el tratamiento de muchos cuadros patológicos, como traumatismos, reumatismos, digestivos, respiratorios o neurológicos.