El verano astronómicamente, comienza con el solsticio de verano el 21 de junio termina con el equinocio de otoño el 21 de septiembre.
El verano está caracterizado por tener los días más largos y los rayos solares con menor inclinación, por lo que las temperaturas son las más altas del año. Estas temperaturas altas causan muchas veces molestias circulatorias de algún tipo. En general, las mujeres son las más propensas a padecer este tipo de molestias: cansancio, pesadez, dolor localizado en las caras posteriores internas de las pantorrillas, tirantez e hinchazón en los tobillos,…, que además se ven agravadas con el calor. Sin embargo, la aparición de éstas molestias no refleja necesariamente la existencia de una enfermedad, en la mayoría de los casos responde a alteraciones, sobre todo, de la circulación venosa de las piernas.
Las terapias naturales recomiendan, en éstos casos, realizar cambios en nuestros hábitos de vida, que unidos al consumo de plantas y otros complementos alimentarios, ejercen un papel interesante en la recuperación de este tipo de molestias.
Existen muchos ingredientes alimentarios (plantas, antioxidantes, vitaminas, minerales, cremas, etc …) que gracias a sus propiedades mejoran la recuperación de estas molestias.
Por citar algunos de los más importantes:
- Ruscus acuelatus L. (Rusco)
- Aesculus hippocastanum L. (Castaño de indias)
- Cupressus sempervirens L. (Ciprés)
- Hamamelis virginiana (hamamelis)
Una alimentación equilibrada y variada, como la mediterránea, sería de gran ayuda en la recuperación. La práctica deportiva habitual, nos ayuda a evitar su aparición o mejora las molestias ya presentes.