Feng Shui es una forma de geomancia desarrollada en China.
Originalmente el Feng Shui formaba parte de un cuerpo de conocimientos que aunaba filosofía y ciencia natural y que estudiaba e interpretaba los cambios que ocurren en la naturaleza, el clima, y los astros. Los fundamentos del feng shui reconocen diversos orígenes. Por un lado se basa en la simbología del I Ching o libro de los cambios. Por otro lado, incorpora la Teoría de los Cinco Movimientos (Wu Hsing) y más adelante también elementos tomados de la astrología china.
Fēng Shui significa ‘viento y agua’ y es una práctica, cuyo objetivo es el entendimiento de las relaciones entre la naturaleza y los seres humanos.
La doctrina del feng shui se basa en la existencia de un aliento vital o chi cuyo flujo se ve modificado por la forma y disposición del espacio, las orientaciones (puntos cardinales) y los cambios temporales.
La idea del Yin yang es fundamental para el feng shui, que es la idea de opuestos sin oposición. Son complementarios y se necesitan mutuamente para existir. Los cambios constantes de interacción de yin y yang da lugar a la infinita variedad de patrones de la vida.
El Feng Shui utiliza colores, números, símbolos de animales y los cinco elementos (tierra, agua, fuego, metal y madera) para producir equilibrio y armonía en nuestro entorno.
Actualmente esta técnica se ha extendido por todo el mundo y la aplican decoradores especializados en el arte del Feng Shui.
La distribución de los muebles, los colores usados en cada habitación, como también la ubicación del edificio son fundamentales en el Feng Shui, permiten que el ambiente este en equilibrio y nos aporte energía positiva.